sábado, 26 de noviembre de 2011

EXPRESARTE 2011

Ayer sin duda fue una noche bonita. El Colegio TRILCE en su afán por promover el arte en los estudiantes presento un episodio más titulado: EXPRESARTE 2011, una muestra artista donde se presento en grandes paneles los trabajos de los alumnos del nivel primario y secundario, muestras en pinturas en diferentes técnicas (tempera, oleo pastel, plastilina, figuras cusqueñas, técnicas mixtas, etc.) y diferentes trabajos en manualidades.















También se presento el taller de danza, donde los alumnos del nivel primario pudieron deleitarnos con danzas típicas como son: en son de los diablos, festejo, entre otros. Los cueles fueron aplaudidos en todo momento por el público que se dio cita a este velada artística.




También se presento los talleres de música donde los alumnos de los dos niveles primario y secundario hicieron alarde de su voz y su habilidad con los instrumentos, entre ellos: las guitarra, el cajón, la flauta dulce, entre otros. Y nos deleitaron con músicas clásicas, pop, rock, baladas y músicas criollas y un cierre con villancicos navideños.




Sin duda fue una noche bonita donde se vivió con mucha emoción el talento potencial que tienen los alumnos y que seguramente nos seguirán sorprendiendo con sus trabajos.

De esta manera se cierra el ciclo de los talleres que tanta alegría trae a los alumnos y al público que aprecia el arte. El otro año volveremos con el EXPRESARTE 2012.

sábado, 19 de noviembre de 2011

CARLOS BAYONA MEJÌA: UN POETA ERRANTE.

Foto:Nivardo Córdova Salinas


Son las 8:15 pm, una llamada repentina al poeta Cesar Pineda le dice que hoy el punto de reunión será en la tiendita de la esquina rodeado por la masa ambulatoria que nos ofrece Ceres por la noche. El poeta Carlos Bayona hace su ingreso jalando sus tesoros metidos en una bolsa y puesto sobre el carrito compañero de milicia. 1 sol de pan y una gaseosa serán la compañía a una conversa sobre literatura y las vivencias que vamos acumulando mientras el suspiro permanezca en nuestro cuerpo.


Recuerdo haber visto al Poeta Carlos Bayona en algún lugar de Chosica, caminando con el sudor en la frente pero llevando en sus manos esperanza, hoy entrando a los colegios y compartiendo poesía con los alumnos que quizá nunca a conocido a un poeta y siguen creyendo que todos los poetas ya están muertos. Carlos Bayona, para muchos es un poeta diferente, extraño, un viajero sin rumbo pero sin duda cuando oye su buen trato y su buena poesía hace que uno quiera conservar una amistad y a la vez aprender de sus vivencias que este arte tan bello le va mostrando. Y es que la poesía es más que bonitas palabras o textos bien articulados, la poesía es vivencia y eso muy bien lo muestra el poeta en un poema sin nombre:


PLAQUETA: "OLOR A TREMENTINA"


POEMA


Soy ese hombre inédito
Teñido de esperanzas.
Suelo caminar cargado de ilusiones
Por aquellos parajes encantados.

Tengo la traza de un latino
Nacido en los suburbios, no lo niego.
Mi madre me pario a la hora de un agosto, al trémulo
Canto de las soñas.
Al barullo de una maraña de búhos y rebuznos
Malolientes de unos asnos.

Por eso me comporto como un paria.
A veces soy tierno como los racimos de uvas,
Sublime con las aves caídas de los sauces.

Así pues les canto en desafino. Son testigos las
Estrellas, aquellos gavilanes raspándome el sentido
Mis zapatos y el botón de mi camisa.

Tres excusas Humareda, Einstein, y Von Humboldt.
Yo también naci en este mundo.

Son pocos los afortunados que tienen alguna publicación del poeta Carlos Bayona. Yo soy uno de ellos y quiero compartir su poesía y quizá si algún día lo vean caminando por algún lugar de lima o del Perú jalando su carrito donde lleva arte a bajo costo, le extiendan la mano y le den las gracias por tan grande trabajo, por el compromiso de llevar arte a todos los rincones donde sus pies les permitan andar y por decidir vivir sumergido en esta locura que muchos no entienden. Gracias CARLOS BAYONA por la poesía que nos entregas.

POEMA


Nadie me busco para enseñarles mis clásicos poemas
Mis trazos de simple peregrino.
Disculpen, fui un niño opaco en mi colegio.
Pensativo en el rincón de mi salón.

Esa forma de ser para los que miran
Las cosas más sencillas.
Muchos dicen soy un torpe, hasta aquí doy
Y nada más. Nadie sabe, aún suelo observar
Que hay sobre los vientos el aroma solitario.
Las formas que se ven en la pared,
Alguna calle oriunda.
No es mi culpa, no soy participe de los cantos entre múltiples copas
Carcajadas de bolsillos.
Por ahora sigo bebiendo esa luz que me arrojan otros astros.
Pues resulta es mi forma de vivir.
Nada más, mil de trinos emanados sobre esa infinidad
En lo celeste.
Es preciso continuar con el aroma de los sauces.
Y esas flores que alimentan a ser bueno todavía.

POEMA

M dijiste pedazo de hierba silvestre.
Yo te dije luna acariciable,
Canto de pájaros en cristales de agua.
Así en pequeños garlereos me dijiste
Tonto tonto,
Ensimismado, eco enmarañado.
Sin embargo con un poco de mis palabras
Construidas de infinito azul
Te dije anonadado
¿De qué manera escucharas la tonada de mi armónica
Con el silbo de una estrella pululante?.
Tonto maravilloso buen tonto, con espinas en
el alma. Solo aquí en un punto disuelto, acabo
De sembrar un poco de tus altos días
Mi gitana.
Puedo ahora seguir mis típicas andanzas.
De ser el camionero de luceros
Titilantes, carreteras empañadas de distancia.
Esta es mi carta, la cuarta que te escribo,
Casi mudo, ya sin líneas encantadas.
Así con mis amigos de lugares esfumados.
Donde suelen pararse a beber un café
En madrugada, a fumar los cigarrillos
De la historia. Quien podría decirme ahora de tus ojos
Muchacha patilarga, que será de tus ensueños.
Solo yo que te comprendo,
Cuando arrojas ese viento como eco
Y me quema la esquina solitaria de mi pecho.

POEMA

Sabré recordarte.
Mañana estaré lejano como nunca.
Me llevo solo el capricho
De tu idea,
El vacio puro de la vida.

Tenme presente en el secreto de la luna,
En la tierra que levanta polvareda
No dejes morir esa raíz.

Que el sol caliente tus latidos.
No se enfrié tu memoria indescifrable.
Pues así me voy con la idea constructiva,
De haberte regalado mis viñedos de esperanza.

Es hora de marcharme.
No desprendas de tus ojos la ternura.
Haz que vaya con los rezos
De una estrella solariega.

Dime adiós muchacha de los días transparentes
Con tus manos tan llenas de
Nostalgia.

POEMA

Dame ese poco de tu nombre
Y deja que te haga
Una ficción en la memoria.
Pues nademos de ese olor que nos resbala
Poco a poco hasta formarse
Una cascada en nuestros cuerpos.

Solo déjate escapar por un instante
A ese túnel, donde tengo
Amarrados mis fragmentos.
Mira cuantas melodías a tu nombre
He logrado escribirte en los veranos.

Dame todo tu espejismo,
Tu razón de ser mujer a cuatro vientos.
Haz tu tacto una fiebre incontrolable
Claridad de tu suspenso,
Se derrame por mi simple pectoral
A buen follaje.

Desembocados de amor
Vibremos juntos,
Así el corazón se nos derrumbe
Al movimiento de los sueños fraganciosos.

viernes, 18 de noviembre de 2011

EXTRAVIOS DE RUBEN AGUILAR




LA EDITORIAL DEXEO EDITORES DE LONDRES, INGLATERRA ACABA DE PUBLICAR MI LIBRO EXTRAVIOS, INFINITAS GRACIAS A MI AMIGA GEMA MORALEJA PAZ, LLEGASTE COMO UN ANGEL A DARME FELICIDAD, HE AQUI ALGUNOS POEMAS DEL LIBRO...


I
llegas a mí
hurgando mi silencio
mis dedos te detienen
un botón rueda
la rosa se abre…
eres mía
II
te contoneas
en un ritual mágico
lúgubre y
quimérico
eres tú… diosa enigmática y
serena
de mis sueños masculinos
III
tu voz
mariposa en el aire
marca incandescente
abecedario de misterios y placer
tu voz
dios que procrea mis silencios en el tiempo
nítido sonido endulzando las mañanas
IV
tu sonrisa
es una ecuación desarrollada
en las sábanas del tiempo
y el resultado
un ave efímera
anidando entre mis versos
y en la cotidiana fórmula
por encontrar el final de tu ausencia
V
la locura me lleva a ti
divaga en la claridad de tu sábana
en tus lunas de princesa deshojada
pero solo un gato enjaulado encuentro
en los ojos tácitos de tu habitación
imprecando a mi piel
ah mujer!
espuma de mis atardeceres
dónde tu imagen hambrienta y pálida
deshojando cual otoño el árbol de mi piel
VI
mujer
hoja en blanco
donde escribirte
donde garabatear tu recuerdo
en tu búsqueda
el mar fue incógnita
para evocar tus cánticos
entre moluscos y crustáceos
VII
traté de encontrar el sacramento de tus besos
moldeé tu imagen sin hallar la forma
en las orillas
busqué las algas de tu existencia
y en los paisajes oceánicos
tu aroma y tu silencio
mujer de ensueño
onírica especie de mis deseos...
no estabas
VIII
ahora
sentado en los atardeceres de otoño
desearía saber de las gaviotas
que te ataron a mis versos
como cachorro hambriento
ahora vas creciendo
te haces grande
(tu sombra es la piedra que oculta el camino
por donde no buscarte)
IX
sin embargo
la historia es un ejercicio matemático
escrito en la pizarra de la memoria
y el resultado es un incógnita

“LA ESTACIÓN DE LA MUERTE DE MANUEL LUQUE” POR MIGUEL ILDEFONSO.



“LA ESTACIÓN DE LA MUERTE DE MANUEL LUQUE”


Por: Miguel Ildefonso


LA ESTACIÓN DE LA MUERTE de Manuel Luque es el estado puro de la melancolía y la rebeldía de un corazón urbano golpeado por el cemento de cada estación en que aterriza el alma. Lima en su esplendoroso invierno gris es el protagonista de estos poemas de diferentes ritmos y melodías, alaridos metálicos que oímos cuando viajamos en bus o combi o caminando por las polvorientas veredas de esta ciudad tantas veces mentada por la poesía. ¿Adónde nos llevará la poesía con su letanía? Pues a ningún lado. La poesía es un tránsito perpetuo. Yo pensaba que la década del 90 fue una época de cambios, de transiciones; sin embargo, esas vertiginosas traslaciones de los paradigmas, de las sensibilidades, del poder, van cambiando sin cesar. Es decir, simplemente el tiempo entró a ser movimiento perpetuo, viajes, fugas, nada permanece estático; podría decir, al modo Paz, el movimiento es la marca de estos tiempos. Por eso esta estación de papel, que nos entrega Manuel Luque, es una parada para poder ver lo dejado, o lo que nos dejaron, o lo que llevamos y perdimos en el camino (Como el amor o la muerte), y lo que puede venir en ese horizonte nebuloso, en ese futuro también inconstante y efímero. Sólo la palabra queda.