sábado, 19 de noviembre de 2011

CARLOS BAYONA MEJÌA: UN POETA ERRANTE.

Foto:Nivardo Córdova Salinas


Son las 8:15 pm, una llamada repentina al poeta Cesar Pineda le dice que hoy el punto de reunión será en la tiendita de la esquina rodeado por la masa ambulatoria que nos ofrece Ceres por la noche. El poeta Carlos Bayona hace su ingreso jalando sus tesoros metidos en una bolsa y puesto sobre el carrito compañero de milicia. 1 sol de pan y una gaseosa serán la compañía a una conversa sobre literatura y las vivencias que vamos acumulando mientras el suspiro permanezca en nuestro cuerpo.


Recuerdo haber visto al Poeta Carlos Bayona en algún lugar de Chosica, caminando con el sudor en la frente pero llevando en sus manos esperanza, hoy entrando a los colegios y compartiendo poesía con los alumnos que quizá nunca a conocido a un poeta y siguen creyendo que todos los poetas ya están muertos. Carlos Bayona, para muchos es un poeta diferente, extraño, un viajero sin rumbo pero sin duda cuando oye su buen trato y su buena poesía hace que uno quiera conservar una amistad y a la vez aprender de sus vivencias que este arte tan bello le va mostrando. Y es que la poesía es más que bonitas palabras o textos bien articulados, la poesía es vivencia y eso muy bien lo muestra el poeta en un poema sin nombre:


PLAQUETA: "OLOR A TREMENTINA"


POEMA


Soy ese hombre inédito
Teñido de esperanzas.
Suelo caminar cargado de ilusiones
Por aquellos parajes encantados.

Tengo la traza de un latino
Nacido en los suburbios, no lo niego.
Mi madre me pario a la hora de un agosto, al trémulo
Canto de las soñas.
Al barullo de una maraña de búhos y rebuznos
Malolientes de unos asnos.

Por eso me comporto como un paria.
A veces soy tierno como los racimos de uvas,
Sublime con las aves caídas de los sauces.

Así pues les canto en desafino. Son testigos las
Estrellas, aquellos gavilanes raspándome el sentido
Mis zapatos y el botón de mi camisa.

Tres excusas Humareda, Einstein, y Von Humboldt.
Yo también naci en este mundo.

Son pocos los afortunados que tienen alguna publicación del poeta Carlos Bayona. Yo soy uno de ellos y quiero compartir su poesía y quizá si algún día lo vean caminando por algún lugar de lima o del Perú jalando su carrito donde lleva arte a bajo costo, le extiendan la mano y le den las gracias por tan grande trabajo, por el compromiso de llevar arte a todos los rincones donde sus pies les permitan andar y por decidir vivir sumergido en esta locura que muchos no entienden. Gracias CARLOS BAYONA por la poesía que nos entregas.

POEMA


Nadie me busco para enseñarles mis clásicos poemas
Mis trazos de simple peregrino.
Disculpen, fui un niño opaco en mi colegio.
Pensativo en el rincón de mi salón.

Esa forma de ser para los que miran
Las cosas más sencillas.
Muchos dicen soy un torpe, hasta aquí doy
Y nada más. Nadie sabe, aún suelo observar
Que hay sobre los vientos el aroma solitario.
Las formas que se ven en la pared,
Alguna calle oriunda.
No es mi culpa, no soy participe de los cantos entre múltiples copas
Carcajadas de bolsillos.
Por ahora sigo bebiendo esa luz que me arrojan otros astros.
Pues resulta es mi forma de vivir.
Nada más, mil de trinos emanados sobre esa infinidad
En lo celeste.
Es preciso continuar con el aroma de los sauces.
Y esas flores que alimentan a ser bueno todavía.

POEMA

M dijiste pedazo de hierba silvestre.
Yo te dije luna acariciable,
Canto de pájaros en cristales de agua.
Así en pequeños garlereos me dijiste
Tonto tonto,
Ensimismado, eco enmarañado.
Sin embargo con un poco de mis palabras
Construidas de infinito azul
Te dije anonadado
¿De qué manera escucharas la tonada de mi armónica
Con el silbo de una estrella pululante?.
Tonto maravilloso buen tonto, con espinas en
el alma. Solo aquí en un punto disuelto, acabo
De sembrar un poco de tus altos días
Mi gitana.
Puedo ahora seguir mis típicas andanzas.
De ser el camionero de luceros
Titilantes, carreteras empañadas de distancia.
Esta es mi carta, la cuarta que te escribo,
Casi mudo, ya sin líneas encantadas.
Así con mis amigos de lugares esfumados.
Donde suelen pararse a beber un café
En madrugada, a fumar los cigarrillos
De la historia. Quien podría decirme ahora de tus ojos
Muchacha patilarga, que será de tus ensueños.
Solo yo que te comprendo,
Cuando arrojas ese viento como eco
Y me quema la esquina solitaria de mi pecho.

POEMA

Sabré recordarte.
Mañana estaré lejano como nunca.
Me llevo solo el capricho
De tu idea,
El vacio puro de la vida.

Tenme presente en el secreto de la luna,
En la tierra que levanta polvareda
No dejes morir esa raíz.

Que el sol caliente tus latidos.
No se enfrié tu memoria indescifrable.
Pues así me voy con la idea constructiva,
De haberte regalado mis viñedos de esperanza.

Es hora de marcharme.
No desprendas de tus ojos la ternura.
Haz que vaya con los rezos
De una estrella solariega.

Dime adiós muchacha de los días transparentes
Con tus manos tan llenas de
Nostalgia.

POEMA

Dame ese poco de tu nombre
Y deja que te haga
Una ficción en la memoria.
Pues nademos de ese olor que nos resbala
Poco a poco hasta formarse
Una cascada en nuestros cuerpos.

Solo déjate escapar por un instante
A ese túnel, donde tengo
Amarrados mis fragmentos.
Mira cuantas melodías a tu nombre
He logrado escribirte en los veranos.

Dame todo tu espejismo,
Tu razón de ser mujer a cuatro vientos.
Haz tu tacto una fiebre incontrolable
Claridad de tu suspenso,
Se derrame por mi simple pectoral
A buen follaje.

Desembocados de amor
Vibremos juntos,
Así el corazón se nos derrumbe
Al movimiento de los sueños fraganciosos.

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